Circumpolar en los riscos
Cae la noche en la Montaña Alavesa, la luna creciente (80%) ilumina los picos Eskamelo y Zurracapote con un cielo despejado después de muchas, muchas noches sin ver el manto de estrellas brillando en la oscuridad del infinito...
FOTOGRAFÍASNOCTURNACIRCUMPOLAR
Pikizu
8/5/20254 min read
Noche de luna creciente
Han sido muchas noches sin poder disfrutar de un cielo limpio al ponerse el Sol para salir a fotografiar las estrellas o la Vía Láctea, hasta que por fin en la noche del 4 de agosto, al comienzo de la segunda ola de calor del verano de 2025, se dieron las condiciones para utilizar la cámara de fotos, el trípode y todo lo necesario para tomar esta fotografía que os muestro.
He dejado la estrella Polar fuera del encuadre para crear tensión en una composición académica de tres cuartos, aproximadamente, con el paisaje rocoso en diente de sierra dominando el punto de interés que nos invita a descubrir cada uno de los riscos que la componen y que cortan el cielo.
Circumpolar en los riscos de la sierra Cantabria (proceso 1)
Circumpolar en los riscos de la sierra Cantabria (proceso 2)
Como puede observarse al comparar las dos fotografías, hay mucha diferencia en el resultado final dependiendo del proceso que se haga y del programa que se utilice. Queda a gusto del artista el optar por uno u otro para transmitir las sensaciones que se había propuesto en un principio.




Una noche tranquila
Hace una noche agradable, buena temperatura, una brisa suave, el paisaje iluminado por la Luna creciente y el cielo estrellado ante mí, lo que me invita a la contemplación de las estrellas en completa soledad, tan solo interrumpida por los pocos coches que circulan por la cercana carretera A-2124, el puerto de Herrera.
Las estribaciones de la sierra Cantabria frente a mí, imponentes, majestuosas, lo que me hace sentir muy pequeño, insignificante, ante esta extraordinaria manifestación de la naturaleza con estos riscos que se muestran como unos dientes de sierra afilados alzándose hacia el cielo estrellado de verano.
Ya he colocado el trípode en la ubicación elegida para captar el sugerente giro de las estrellas alrededor de la Polar; he colocado la cámara sobre él seleccionando los parámetros necesarios para realizar la fotografía que he programado con antelación y comienzo a disparar, una tras otra en una sucesión interminable; ahora es el momento de disfrutar del paisaje nocturno, contemplar el cielo infinito y tratar de descubrir las constelaciones que se presentan en el manto celeste sobre mi escrutadora mirada.
Los riscos aparecen perfectamente iluminados por una luna creciente, casi llena, que me permite contemplar todos los detalles de su formación rocosa y la exuberante vegetación que se eleva entre las rocas, creando líneas y formas de color verde que sigo con interés tratando de encontrar un sentido a estas formaciones y colores nocturnos.
Oigo ruidos a mi alrededor, he creído distinguir un gruñido ronco en el silencio sepulcral de la noche en la montaña; al poco rato descubro una pequeña figura que se mueve furtiva en la explanada donde me encuentro, olisquea el suelo en busca de algo que llevarse a la boca; de repente, corre de un lado a otro y desaparece entre los cercanos árboles en busca de cobijo; se trata de un rayón, una cría de jabalí que aparece en la noche atraído quizás por mi presencia o por la búsqueda de alimento. La noche en la soledad del monte está llena de sorpresas.
He contemplado el cielo nocturno mirando hacia el noreste esperando vislumbrar alguna estrella fugaz adelantada de las Perseidas durante horas pero no he tenido suerte, esa suerte esquiva que me acompaña, pero me siento feliz por haber podido obtener esta imagen que venía buscando y por la paz y tranquilidad que aporta estar varias horas en completo silencio y en una semioscuridad que me invita a descubrir mi yo interior y sentirme en paz conmigo mismo.
Me gustaría que al contemplar esta fotografía sientas la misma paz que sentí yo mientras realizaba todas las imágenes que la componen, unas 400 fotos, y que puedas apreciar la profundidad del cielo infinito observando esa espiral que forman las estrellas en su aparente giro alrededor de la estrella Polar
Comentarios
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Últimos comentarios:
2025-08-05. Eduardo
Creo que estás mejorando cada día como el buen vino en barrica. La toma es fantástica. De esas que deseas ver en una gran pared y observar todo su esplendor. No se si me transmite paz, pero seguro que transmite preguntas inquietantes. Estamos solos en este mundo con esa grandeza que has plasmado?
Respuesta:
Muchas gracias Eduardo. Esas preguntas se las ha hecho toda la humanidad desde el principio de los tiempos.
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2025-08-06. Joseba
Espectacular. 400 fotos, ahí es nada.
Respuesta:
Gracias Joseba. Para una circumpolar 400 fotos es lo mínimo, lo que supone unas 3 horas. Hubiera sido necesario un 50% más, o sea, 600 fotos y más de 4 horas para que las trazas quedaran más redondeadas.
El motivo de recoger el nombre y la dirección de correo es tan solo para poder contestar a las preguntas o sugerencias. Muchas gracias por tu colaboración.
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